¿Qué es lo primero que se te viene a la mente cuando te dicen “tengo cita con el psicólogo”? ¿Piensas en el profesional que te escucha mientras uno habla tumbado en un sofá? ¿Piensas en un “tú estás mal de la cabeza”?
Lo cierto es que me interesa tu respuesta y me gustaría que la escribieras en los comentarios. Igual te resultó graciosa la idea de la persona tumbada en el sofá, pero si buscas “psicólogo” en Google, 3 de las 6 primeras imágenes se corresponden con lo que te acabo de describir.
Por un lado, me da algo de rabia porque esto no se corresponde con la realidad. Por el otro, no le voy doy más importancia porque esto no es el asunto de la entrada.
Cuando uno va al psicólogo o al psiquiatra, es lo mismo que cuando uno va a ver al médico de cabecera. Un profesional en su consulta, con una mesa, un par de sillas y el ordenador de trabajo.
Además, ir a consulta no significa necesariamente que tengas algún tipo de enfermedad mental. Muchas personas reciben ayuda y apoyo psicológico en algún momento determinado de su vida. Ya sea para superar algún suceso traumático (fallecimiento de un familiar), bloqueo puntual (relacionado o no con el trabajo), problemas de pareja, etcétera.
¿Cuántas personas conoces que hayan ido alguna vez al psicólogo? Seguramente muchas y sin embargo, a nadie le gusta reconocer abiertamente que tiene cita con el psicólogo.
Sencilla y llanamente porque está mal visto socialmente. Acudir a consulta está asociado a tener algún tipo de problema mental y como a nadie le gusta que le tachen de “loco”, callamos y ocultamos una realidad muy presente.
El problema es que si uno dice que tiene una visita, enseguida llega un aluvión de preguntas porque somos así de curiosos. Que qué te pasa, por qué has empezado a ir, cuánto tiempo llevas acudiendo…
Mi recomendación es que si os encontráis con alguien que os dice que va a consulta, no hagáis pregunta. Si la otra persona quiere compartir algo, ya lo hará. Mi consejo es el de mostrar respeto en vez de querer satisfacer la propia curiosidad.
Según la Organización de Consumidores y Usuarios y la Encuesta Europea de Salud en España de 2014, de los 38 millones de españoles de más de 15 años, 1.796.000 acudió en el 2014 al psicólogo, psicoterapeuta o psiquiatra. De ellos, 663.000 eran hombres frente a 1.153.000 mujeres.
En palabras de Josep Vilajoana, vicepresidente del Consejo General de la Psicología de España. “Hemos derribado el mito del loco y desmitificado la salud mental, pero a la vez existen más probabilidades de padecer estrés, ansiedad o trastornos depresivos, y por eso se le está perdiendo el miedo a ir a consulta”.
Según un artículo de Javier Cid, publicado en el diario El Mundo, la salud mental ha dejado de ser un estigma. De acuerdo al artículo, un 57% de la población cree que ha tenido problemas de ansiedad alguna vez en su vida, mientras que el 34% afirma haber padecido depresión.
Como reza la Biblia, “Quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra”. Con esto, vuelvo a decir que no hay que estar mal o muy mal para ir a consulta ya que 5 de cada 100 personas ya lo hacen en nuestro país.
La Sanidad pública sólo atiende a los casos más graves -con una ratio de 5,71 psicólogos clínicos por cada 100.000 habitantes frente a los 10,7 de Francia, los 12,1 de Grecia o, bendita filosofía nórdica, los 56,9 de Finlandia.
Hasta aquí la entrada de hoy. Espero que os haya gustado. ¡No os olvidéis de compartir y hasta la próxima entrada! ?
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