Trastorno bipolar y miedo a hablar sobre ello
Antes de empezar a entrar en materia (definición del trastorno bipolar, tipos, patología, etcétera), he preferido empezar compartiendo una reflexión acerca del miedo o respeto que supone el hablar sobre esta enfermedad.
Vivimos en una sociedad de etiquetas. Nos encanta etiquetar a las personas sea por el motivo que sea. Por su nacionalidad, orientación sexual, pensamiento político… y como no podía ser menos, por nuestros “defectos”.
Así pues, que una persona sea diagnosticada con una enfermedad mental le supone ir colgado con una etiqueta invisible peyorativa. Esto, a su vez, provoca un efecto negativo en la persona que padece la enfermedad y en su familia porque a nadie le gusta estar incluido en el “saco de los locos”.
En palabras de la OMS: “La estigmatización y la discriminación de que son víctimas los enfermos y sus familiares disuaden a los pacientes de recurrir a los servicios de salud mental”.
Magnitud y carga del problema
Para que os hagáis una idea de la magnitud y carga del problema de esta oculta realidad:
- 450 millones de personas sufren de un trastorno mental o de la conducta.
- Alrededor de 1 millón de personas se suicidan cada año.
- Cuatro de las 6 causas principales de los años vividos con discapacidad resultan de trastornos neuropsiquiátricos. Dentro de estos trastornos encontramos depresión, trastornos generados por el uso de alcohol, esquizofrenia y trastorno bipolar.
- Una de cada cuatro familias tiene por lo menos un miembro afectado por un trastorno mental. Los miembros de la familia son frecuentemente los cuidadores primarios de las personas con trastornos mentales. La magnitud de la carga en la familia es difícil de justipreciar, y por eso se ignora de manera frecuente. No obstante, es dable afirmar que el impacto es importante en la calidad de la vida familiar.
- Amén de los costos de salud y sociales, las personas afectadas por trastornos mentales son víctimas de violaciones de los derechos humanos, estigma y discriminación, dentro y fuera de las instituciones psiquiátricas.
Visibilizando el trastorno bipolar
Con todo esto dicho, ¿a quién le gustaría hablar abiertamente de que padece una enfermedad mental? ¿Quién no tiene miedo o un cierto respeto a reconocer que ha sido diagnosticado con un trastorno bipolar? ¿A quién le gustaría que le asociaran de por vida con una etiqueta negativa?
Lo cierto es que no son muchas personas las que se animan a dar este paso, pero cada día somos más las que nos decidimos hacerlo, con la cabeza alta y diciendo sin miedo: – sí, he sido diagnosticado con una enfermedad mental.
Tal vez me cierre alguna puerta laboral. Tal vez me quede sin conocer a alguna persona en mayor profundidad por el miedo o el rechazo por parte de la otra persona. Sinceramente, no me importa.
Creo firmemente que cuanto más se hable sobre el trastorno bipolar y sobre las enfermedades mentales, antes dejarán de ser un tema tabú en nuestra sociedad.
Si famosos como Catherine Zeta-Jones o Mel Gibson han reconocido que padecen esta enfermedad, ¿por qué una persona como tú (en el caso de que tuvieras una enfermedad mental) y como yo no íbamos a reconocerlo?
Esto ha sido todo por hoy. Un saludo y hasta la próxima entrada. ?