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El cansancio emocional y la salud mental
¿Alguna vez has tenido la sensación de pasar los días y las semanas sumido en una especie de inercia física y mental con una sensación de pesadez y falta de energía desde que te levantas, acompañada por una desesperanza, desilusión y desencanto?
Si respondiste que sí, tal vez estés padeciendo de fatiga, agotamiento o cansancio emocional. Diferentes terminologías para referirse a un mismo trastorno o problema de salud mental. Si quieres saber más sobre alteración de la salud, continua leyendo.
¿Qué es el cansancio emocional?
La ansiedad y la depresión son dos de los principales males de la sociedad contemporánea. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), el estrés es “el conjunto de reacciones fisiológicas que prepara el organismo para la acción”.
A corto plazo, es útil, puesto que nos ayuda a afrontar cambios o a escapar de situaciones de riesgo, pero el problema surge cuando se mantiene en el tiempo. Es entonces cuando puede derivar en una patología, en una estado de ansiedad permanente o incluso en una depresión.
Cuando estas circunstancias forman parte del día a día de una persona, cuando se convierte en un algo crónico, es cuando aparece la fatiga, agotamiento o cansancio emocional.
Causas del cansancio emocional
Como vemos, al cansancio emocional no se llega de un momento a otro, sino que se trata de un proceso que se incuba lentamente, hasta que hay un punto en que la persona se desploma.
Este cansancio emocional es un estado al que se llega por sobrecarga de esfuerzo y que se origina porque hay un desbalance entre lo que damos y lo que recibimos.
Por lo general, esto ocurre en ámbitos en donde hay una gran exigencia, que a su vez, aparentemente, demanda grandes sacrificios. No hace referencia solo a excesos laborales, principalmente se asocia a cargar con la responsabilidad de asumir conflictos, responsabilidades o estímulos de tipo emocional o cognitivo.
Síntomas del cansancio emocional
Los síntomas iniciales del agotamiento emocional son:
- Cansancio físico. La persona se siente fatigada con frecuencia. Desde que abre los ojos experimenta como si fuera excesivamente arduo lo que le espera en el día.
- Insomnio. Por contradictorio que parezca, una persona con agotamiento emocional tiene dificultades para dormir. Siempre tiene problemas que le dan vueltas en la cabeza y hace que sea difícil conciliar el sueño.
- Irritabilidad. Hay molestia y pérdida del autocontrol, con cierta frecuencia. La persona agotada se ve de mal humor y es demasiado sensible a cualquier crítica o gesto de desaprobación.
- Falta de motivación. Quien sufre de agotamiento emocional comienza a actuar mecánicamente. Como si estuviera obligado a hacer lo que hace todo el tiempo. No siente entusiasmo, ni interés por sus actividades.
- Distanciamiento afectivo. Las emociones comienzan a ser cada vez más planas. Como si en realidad no sintiera prácticamente nada.
- Olvidos frecuentes. La saturación de información y/o de estímulos da lugar a fallas en la memoria. Se olvidan con facilidad las pequeñas cosas.
- Dificultades para pensar. La persona siente que se confunde con facilidad. Cada actividad le implica un mayor gasto de tiempo que antes. Se razona lentamente.
Tratamiento del cansancio emocional
El primer paso siempre será reconocer el cansancio o fatiga emocional. Podemos pensar que no hay un motivo aparente, pero lo hay. Todo es consecuencia de algo: una decisión, un pensamiento, una mala gestión del tiempo, etc. Ejemplos que la desencadenan: preocupación excesiva, asuntos sin resolver, desorden mental, discusiones diarias, problemas en el trabajo a los que no se le ve salida, relaciones tóxicas, etc.
Una vez identificamos el origen de tal fatiga entonces nos tenemos que enfrentar a ella, una buena manera de hacerlo puede ser:
- Calmar la mente. Ayudémonos de ejercicios de respiración, meditación, mindfulness, etc. Este tipo de ejercicios bajan el ritmo cardíaco y con ello nos empieza a invadir una sensación de paz y relajación muy placentera.
- Dormir las horas suficientes. El ciclo del sueño no se puede ver alterado porque sino se desregula nuestra mente. Se necesitan ciertos hábitos diarios y dormir al menos ocho horas.
- Hidratarnos bien. El cerebro necesita estar hidratado para funcionar correctamente. Por eso se recomienda beber abundante agua a lo largo del día. y al menos un vaso de agua nada más levantarse, ya que al llevar tantas horas durmiendo el cerebro está menos oxigenado. De este modo lo ayudaríamos a despertar de una forma mucho más activa y beneficiosa para el buen funcionamiento de los patrones mentales.
- Realizar ejercicio físico, ayudará a eliminar toxinas y generará endorfinas, las llamadas hormonas de la felicidad.
- Aprender a establecer prioridades. No se puede abarcar todo a la vez, establecer una lista de pequeñas metas alcanzables y abordarlas de una en una, favorecerá el aumento de la confianza al sentirnos reconfortados cada vez que vayamos consiguiéndolas.
- Hay que saber decir no, establecer límites. Debemos ser el centro de nuestra vida, ni otras personas, ni el entorno, nosotros. ¿Nos convierte esto en egoístas? Por supuesto que no, para estar bien con los demás debemos primero estar bien con nosotros mismos.
- Comunicarnos asertivamente, es decir, decir lo que pensamos y sentimos sin caer en conductas sumisas o reproches. Una buena comunicación es la solución a muchos malestares emocionales.
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Un saludo, ¡nos leemos y hasta la próxima entrada! ?
Fuentes:
Qué es la fatiga emocional y cómo superarla
https://www.ciaramolina.com/
El agotamiento emocional, la consecuencia de exigirse ser fuerte
https://lamenteesmaravillosa.com/
Agotamiento emocional: estos son los síntomas para saber si lo padeces
https://www.elnacional.cat/es
Los síntomas que indican claramente que sufres fatiga emocional
https://www.abc.es/bienestar/