Si para la mayoría de personas diagnosticadas hablar sobre el trastorno bipolar con amigos y conocidos da cierto respeto, hablar sobre la enfermedad en el entorno de trabajo todavía mucho más.
En esta ocasión, vengo a compartir una experiencia de cuando he hablado sobre esta circunstancia en un entorno profesional y lo que esto me ha supuesto. Si te interesa conocer esta vivencia, te invito a seguir leyendo.
Hace tiempo publiqué la entrada 10 preguntas de bipolar a bipolar y la última de ellas era cómo sobrellevar el trastorno bipolar. Antes de empezar, me gustaría aclarar que tanto esta pregunta como las del post eran cuestiones que personas me había planteado a través de las redes sociales.
Como la entrada 10 preguntas de bipolar a bipolar se estaba alargando mucho y la respuesta a la pregunta de cómo sobrellevar el trastorno bipolar daba para una publicación entera, al final, es lo que hice.
Así pues, si te interesa saber la respuesta a semejante pregunta te invito a que sigas leyendo.
En la entrada 10 preguntas de bipolar a bipolar, creo que no habrá ningún tipo de dudas acerca de lo que va a tratar, ¿cierto? ? No obstante, eso no quita para que las preguntas y sus respuestas sean de lo más interesantes.
Por si eres nueva o nuevo y acabas de llegar a aquí y todavía no conoces qué es Realidad Bipolar, no te preocupes, te lo resumo en un par de líneas:
Realidad Bipolar es una comunidad de apoyo y empoderamiento a personas diagnosticadas con Trastorno Bipolar y que tiene unos objetivos bien claros y definidos que son los siguientes:
Hola a todas y a todos y bienvenidos una vez más a una nueva entrada de Realidad Bipolar. En la entrada de hoy hablaré sobre momentos de riesgo de personas con Trastorno Bipolar.
Son varias las razones por las que hoy voy a hablar sobre este tema: para empezar, esto fue una sugerencia de una de las personas miembro del grupo de whatsapp de Realidad Bipolar.
Por otro lado, creo que compartir experiencias reales, puede ayudar a personas que estén diagnosticadas con la misma enfermedad, a ser conscientes de los riesgos a los que nos exponemos en momentos en los que sufrimos descompensaciones.
No ha pasado ni una semana desde la última vez que decidí compartir con alguien que estoy diagnosticado con trastorno bipolar. Esa persona es una antigua compañera del trabajo.
Cuando terminé de contarle en qué consiste esta enfermedad mental, qué supone vivir con el trastorno, las fases, los síntomas, los tipos que hay, etcétera, ella, simplemente me dijo:
“Gracias por compartir esto conmigo”
A pesar de que la medicación es fundamental para el tratamiento del trastorno bipolar, es frecuente que el paciente abandone la misma cuando se encuentra bien.
Esto se debe a que en las épocas de eutimia, el paciente suele o solemos ( yo también me incluyo en este grupo), tender a pensar “ya estoy curado” o “para qué necesito la medicación si ya estoy bien”.
Cuando me diagnosticaron trastorno bipolar (allá por el año 2012), la verdad es que supuso un cierto “alivio” tanto para mí como para mi familia. Uno era consciente de que algo no iba bien, la cabeza me iba a mil por hora, me pasaba noches enteras sin dormir, estaba más irritable de lo normal…, pero sin embargo, desconocía la causa de estos problemas.
En casa el desconocimiento era aún mayor. En parte porque tardé bastante tiempo en decir a mis padres que tenía un “problema en la cabeza”, en parte por la prácticamente absoluta ignorancia en lo que a enfermedades mentales se refiere.